Una dieta saludable juega un papel clave en el mantenimiento de la salud del corazón. Aumentar el consumo de frutas, verduras y cereales integrales y reducir el consumo de grasas saturadas y azúcar puede tener efectos positivos en la salud cardiovascular. Además, es importante prestar atención al control del peso, ya que el exceso de peso corporal aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas. Los cambios graduales en la dieta pueden producir resultados significativos.
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La actividad física también es una parte integral de la prevención de enfermedades cardíacas. La cantidad recomendada de actividad física es de al menos 150 minutos de actividad moderada o 75 minutos de actividad vigorosa por semana. Considere actividades como caminar, nadar, correr o andar en bicicleta. Esto no sólo aumenta la resistencia física general, sino que también reduce los niveles de estrés, lo que también es importante para mantener la salud cardiovascular.