Al mismo tiempo, otros animales, como las liebres, son diurnos y aprovechan la oportunidad para buscar activamente alimento cuando hay menos depredadores. Esta competencia por los recursos es una parte importante de la dinámica del ecosistema y contribuye a la diversidad de especies. Por ejemplo, los ciclos matutinos y vespertinos pueden estimular migraciones e interacciones entre diferentes grupos de animales.
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El estudio de la fauna basándose en estos ciclos de actividad puede proporcionar información valiosa sobre la salud de los ecosistemas y ayudar a su conservación. A medida que el cambio climático y las condiciones de vida de los animales se deterioran, comprender su comportamiento se vuelve aún más importante para preservar la biodiversidad.